Desde nuestro equipo de arquitectos queremos dar respuesta hoy a uno de los interrogantes del mundo de la construcción y la reforma, pues sobre todo en este último, es frecuente que el yeso entre en contacto con el acero, al que ataca y corroe, en alguna estructura como forjados o techos y para sostener agarres, etc. Lógicamente, un deterioro en este sentido puede redundar a la larga en una pérdida de la estabilidad y, por tanto, poner en peligro la seguridad de la zona.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la incompatibilidad del yeso con el metal viene provocada por que este material tiene un carácter hidráulico, o lo que es lo mismo, necesita del agua para fraguar. En las fábricas de yeso se trata la piedra de yeso hasta convertirla en sulfato cálcico deshidratado que necesitará ser mezclado con agua para conseguir el rendimiento para el que está diseñado. Es, precisamente, esa agua el que ataca de manera superficial el acero desnudo, con lo que ya tendríamos una respuesta afirmativa al enunciado de la pregunta que encabeza este artículo. Hay que precisar que todo lo comentado aquí también afecta de manera idéntica a la escayola y a la perlita.

Otra clave que hay que considerar es que el yeso es un material higroscópico, es decir, que absorbe con bastante facilidad la humedad. Esto desaconseja, a priori, su uso en entornos húmedos, algo también perjudicial para metales desnudos, que seguramente sufran más pronto que tarde la corrosión.

¿Es nocivo también el cemento?

También hay que tener en cuenta que el propio cemento ya contiene yeso en su composición, ya que se mezcla con otros ingredientes para regular su fraguado, pero lejos de lo que podría pensarse, este material no afecta al acero que se utiliza para reforzar el hormigón debido a que éste cuenta entre sus propiedades como la de protector del metal (por su Ph alcalino). Sin embargo, la mezcla de yeso con agua genera un Ph más ácido que termina ocasionando una corrosión electrolítica.

Este campo más cercano a la química que a la arquitectura resulta muy interesante, sobre todo, para observar las propiedades que el yeso tiene en otros campos como la agricultura, donde el yeso agrícola se ha impuesto en los últimos años como un complemento muy interesante para enriquecer las tierras de cultivo precisamente por los nutrientes minerales que les aporta.

Afortunadamente, el yeso no afecta a otros metales como el aluminio, el zinc o el cobre, ni tampoco a los acabados que se utilizan para protegerlos como el galvanizado o el zincado. Tampoco afecta, lógicamente, al acero inoxidable, aunque si lo dejamos en contacto con pasta de yeso durante unos 20 días, al retirar esta, quedará una mancha superficial sobre el metal, pero será fácilmente eliminable con un poco de abrasión.

En conclusión, el yeso cuando entra en contacto con agua sí afecta al metal, atacándolo y deteriorándolo, pero solo lo hará de manera superficial siempre y cuando dicho contacto se produzca en un ambiente seco aunque se prolongue a lo largo del tiempo. No obstante, se recomienda que siempre que sea posible, sobre todo si se trata de elementos como vigas, rejas o marcos de puertas y ventanas, se trate el metal con alguna pintura protectora para garantizar su óptima conservación.